viernes, 11 de diciembre de 2015

DIAGNOSIS ORIENTAL: CUATRO VERDADES FUNDAMENTALES



DIAGNOSIS ORIENTAL:
CUATRO VERDADES FUNDAMENTALES
Comencemos por las cuatro ideas básicas de la diagnosis oriental.
a) Todos los fenómenos se componen de opuestos. La paradoja se presenta en todas las cosas. Adondequiera que miremos en la naturaleza, veremos la interacción de los opuestos. Sin paradoja no existiría el mundo físico. Por ejemplo, el día está compuesto de luz y sombra; la raza humana está compuesta por hombres y mujeres; no habría «caliente» si no hubiera «frío». El cerebro tiene hemisferios izquierdo y derecho, y cada uno realiza funciones complementarias. Todas las cosas tienen lado izquierdo
y derecho, parte anterior y parte posterior, parte superior y parte inferior. Sin opuestos, no habría manera de distinguir nada en el planeta. La vida no tendría forma.
                                                             En Oriente decimos que un extremo da nacimiento a su contrarío. Un hombre pobre tiene la posibilidad de hacerse rico, una persona enferma puede convertirse en sana; una persona sana puede enfermar, un hombre rico convertirse en pobre. Cuanto más extrema es la condición, más posibilidades hay de conseguir su opuesto. Todo problema puede convertirse en ventaja.
                                                             Lo que quiero decir es lo siguiente: por muy mala que parezca ser una situación, existe una enorme posibilidad de crecimiento y felicidad.
La realidad sigue siendo la realidad, pero cuando cambia tu punto de vista puedes ver como oportunidades lo que antes veías como obstáculos.
                    Los problemas son las semillas de la buena fortuna. Nos ofrecen la oportunidad de conocernos a fondo. También nos hacen apreciar los aspectos positivos que todo el mundo tiene en su interior, capacidades o talentos especiales. Hemos de saber explotarlos para poder triunfar en la vida.

La idea de la paradoja no se limita a Oriente; el filósofo griego Heráclito construyó toda su filosofía sobre ella. «La oposición produce acuerdo», escribió. «De la discordia nace la armonía más justa. [... ] Debido a la enfermedad, la salud es agradable; debido a lo malo, lo bueno es agradable; debido al hambre, la saciedad; debido al cansancio, el descanso.»

Los problemas son la madre del crecimiento y el éxito. Abrace sus problemas y encontrará las respuestas.  En realidad, el verdadero placer de la vida proviene de la simplicidad, pero como esperamos demasiado, somos incapaces de apreciar las alegrías sencillas. Cuando esperamos demasiado no somos capaces de apreciar nada, ni siquiera a nosotros mismos.

El principio de los opuestos es antiquísimo. Formaba la base del primer libro de medicina jamás escrito, El Clásico de Medicina del Emperador Amarillo, gran obra china que sienta los fundamentos de toda la medicina oriental. El Clásico del Emperador Amarillo expresa la filosofía de los opuestos como yin y yang, las dos fuerzas que hacen posible todos los fenómenos. Según se explica, yin es la fuerza expansiva del Universo. Produce la fuerza centrífuga: hace las cosas altas, húmedas, sueltas y femeninas. Yang es la fuerza contractiva y produce la fuerza centrípeta: hace las cosas pequeñas, secas, apretadas y masculinas. Estas dos fuerzas primordiales se consideran arquetipos en Oriente, es decir, las dos fuerzas esenciales que ocasionan todos los acontecimientos en el mundo físico.

b) Cada ser humano es un todo unificado de cuerpo, mente y espíritu.
No hay separación entre estas características humanas. El cuerpo no podría existir sin la mente y el alma; tampoco podrían existir en la Tierra la mente y el espíritu sin el cuerpo. Estos tres aspectos de la vida humana son uno. No se puede solucionar ningún problema sin tratar estos tres dominios.

La diagnosis oriental explica que un síntoma indica características físicas, psicológicas y espirituales. La razón es que lo físico es un síntoma de lo mental y lo espiritual. Gracias al espíritu llegamos a ser.

c) El todo se puede ver en cualquiera de sus partes. En lo micro podemos ver lo macro, y en lo macro podemos ver lo micro. Esto significa que en cualquier parte del cuerpo podemos ver el funcionamiento del todo. Al examinar la cara podemos ver el estado de los sistemas digestivo, circulatorio y nervioso; del corazón, de los órganos sexuales, de los riñones, del hígado y la vesícula biliar, y del bazo. Además, podemos ver muchas características personales, entre ellas el talento, las tendencias, las fuerzas y las debilidades. La cara revela los secretos del cuerpo y el espíritu.
d) La energía circula por todo el cuerpo en circuitos o canales maravillosamente organizados llamados meridianos. Estos meridianos son ríos de energía que discurren de la cabeza a los pies, creando una red Ínterconectada que enlaza todas las células y órganos con todas las demás partes del cuerpo. Más adelante veremos cómo se pueden examinar esos meridianos para revelar la salud de los órganos individuales.

La unidad de la vida es pasmosa. Prácticamente todas las religiones y filosofías importantes a lo largo de los tiempos han señalado esa unidad; es el más básico de todos los principios. «Escucha, oh Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno. » Esta no es sino una expresión de este principio fundamental. La diagnosis oriental, también basada en este principio de unidad, es, por lo tanto, no sólo una técnica o instrumento, sino también un camino filosófico y religioso. Nos conduce a la fuente de la vida, que es la divinidad interior. Hemos de acercarnos a ella con una actitud de humildad, reverencia y aprecio, y no usarla jamás como instrumento para criticar a otras personas, ni permitir que se convierta en un medio para acusar de inferioridad o debilidad a uno mismo o a otras personas. Está destinada  a inspirar y edificar. Está destinada a servirnos de guía hacia la unidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario