LOS CUATRO TIPOS DE DIAGNOSIS
El diagnosticador oriental emplea cuatro
métodos o maneras de evaluar la salud y el carácter de la persona. Estos
métodos tienen nombres japoneses:
1. Bo Shin. Ver
u observar a la persona.
2. Setsu Shin. Tocar
al paciente, palpar su vida.
3. Mon Shin. Hacerle
preguntas a la persona para obtener información acerca de su estado de salud.
4. Bun Shin. Diagnosticar
mediante el oído y el olfato (escuchar y oler).
Veamos con más detalle cada uno de estos
métodos.
Bo Shin
Hay muchos sinónimos de «ver»; entre otros
tenemos «observar», «vigilar », «ojear», «notar», «percibir», «visualizar»,
«contemplar» y «mirar ». Ninguna de estas palabras describe con precisión la
manera de diagnosticar mediante la utilización de Bo Shin. Lo más aproximado
sería traducirlo por «ser mostrado». Pero pronto veremos que ni siquiera esto
es acertado. Normalmente observamos a los demás con los ojos, pero aquí me
refiero a observar a las personas con todo nuestro ser, ver a la otra persona
como si todo nuestro cuerpo fuera un conjunto de ojos.
Cuando llegue el o la paciente, salúdelo
efusivamente y agradézcale que haya venido. La persona debe notar su
receptividad; debe reconocer que usted no tiene prejuicios, que usted no hace
juicios ni críticas. Su único deseo es ayudarle a su manera, que es limitada.
Juntos usted y la persona encontrarán un camino para mejorar su salud. Será una
colaboración mutua. Ese es el espíritu con el cual debe abordar a la persona.
De ninguna manera es usted superior a ella.
Por el contrario, agradece que esa persona haya acudido a usted. Es una
experiencia que lo hace humilde.
La persona se sienta frente a usted. Usted la
observa hablar, y mientras tanto usted debe vaciarse. No ha de tener ningún
pensamiento, ninguna idea preconcebida, ninguna resistencia hacia esa persona.
Se libera de su ego, se vacía totalmente.
Déjese entonces invadir por la energía de esa
persona, por la sensación de su personalidad. Permita que esa personalidad se
imprima en usted, que su fuerza vital influya en usted. Ahora tiene una
percepción de su vibración. Si la observa demasiado atentamente, es señal de
que no diagnostica con el método Bo Shin. Si está preocupado por la forma de
sus ojos, el color de los labios o de la nariz, pierde de vista el cuadro
general. Cuanto más se centre en los detalles, más se alejará de lo realmente
significativo. Deje los detalles para después, que tiempo habrá para ellos.
Primero acepte su vida, su vibración. Conozca íntimamente a esa persona
admitiéndola en su propia fuerza vital.
Al hacer esto ha dado el primer paso en apertura y receptividad hacia otro ser
humano. No queda nada que le impida comprender completamente a esa persona.
Su humildad y gratitud son esenciales para
que esa persona se sienta cómoda; además, eso le ayudará en su diagnóstico.
Cuanto más relajada esté la persona, más revelará su verdadera naturaleza. Si
ha visto usted a una persona dormida, sabe cuan cierto es esto. Durante el
sueño el cuerpo adopta naturalmente una postura que le proporcione más comodidad
y curación; la postura para dormir compensa los desequilibrios del cuerpo que
se acumulan durante el día. Pero es una terrible invasión observar a una
persona dormida, de manera que ha de procurar que la persona no sea consciente
de sí misma mientras está con usted.
En realidad, las personas no son conscientes
de sus cuerpos durante la mayor parte de su vida de vigilia. En consecuencia,
su manera de caminar, de sentarse o de estar de pie revela su manera de pensar,
sus malestares físicos, su agresividad o pasividad. Si de pronto toman
conciencia de su modo de caminar, de sentarse o estar de pie, lo cambian, para
dar una impresión diferente de quiénes son. Así pues, ha de evitar que la persona
se sienta cohibida o insegura de sí misma con sus observaciones.
Por este motivo, lo primero que suelo hacer
es ofrecerle té. En ese momento todo mí cuerpo está totalmente atento. ¿Cómo
acepta la taza? ¿Cómo se sienta? ¿Cuáles son sus reacciones? Cuando entramos en
la sala de consulta, la observo atentamente sin que se dé cuenta. De ese modo
la veo actuar de manera natural y bajo una luz clara.
En todo caso, cuando estoy preparado para
tratarla con mi método, ya me he formado una idea bastante clara sobre su
estado de salud. Cuando la persona se abre y se relaja, tomo conciencia de lo
que siento por ella. Mis sentimientos surgen desde mi interior en cuanto
comienzo a percibirla como un todo. A veces le pido que se eche sobre una
esterilla y la cubro con una sábana de la cabeza a los pies. Eso es
increíblemente revelador. Dejo de ver los detalles de su cara o ropa. Dejo de
estar distraído por sus gestos o por algún grano en la mejilla. Sólo veo los
contornos más visibles de su cuerpo.
Observo en qué lugares el cuerpo hace bulto y
dónde está excesivamente contraído; veo si la persona está estirada sobre la
esterilla o doblada.
Puede ser que la región de la espalda la
tenga abultada, o que la región de los riñones esté contraída. Puede ser que un
lado del cuerpo sobresalga y que el otro esté encogido. Miro el cuadro
completo. Me hago una idea del lugar donde está el problema.
Después me dejo guiar por el instinto. Le
coloco las manos sobre la espalda, en el sitio preciso, e inmediatamente la
persona me dice: «Muchas gracias, Ohashi, ahí es justamente donde deseaba que
me tocara. He venido justamente para eso». Le doy un masaje suave, percibiendo la
energía. Entonces ya puedo continuar con el siguiente paso.
Cuando se usa el diagnóstico Bo Shin, uno es
un artista que contempla a la otra persona como si fuera una gran obra de arte.
Se la aprecia con mucha profundidad, reconociendo cada matiz, cada pista hacia
su ser interior. Para llegar a ese punto de vista es necesario crecer como persona;
para apreciar verdaderamente los puntos sutiles de la persona es necesario elevar
la propia conciencia.
Es esto muy parecido a apreciar las bellas
artes. En el caso de la música, cuando uno es un principiante se le escapan
muchos matices. Pero pasados diez años se escuchan cosas que uno ni soñaba que
existieran. Lo mismo ocurre con la diagnosis. Cuanto más se analiza
a las personas, más crece la apreciación de
ellas.
Setsu Shin
Si bien el sentido literal de Setsu Shin es
«diagnosis de palpación», el sentido más profundo es mucho más abstracto. Setsu
Shin significa tocar el núcleo de la persona, palpar su ser interior. En Setsu
Shin hay un aspecto que significa «cortar, abrir el núcleo» o «usar las manos
como si fueran cuchillos». De esta manera se intenta describir cómo uno perfora
las capas exteriores de la personalidad, o ser físico, de otra persona, para
entrar en su interior, para palpar su naturaleza interior o alma.
Estrechar las manos es un ejemplo de Setsu
Shin. Siempre que le estrechamos la mano a alguien, percibimos su carácter,
«sentimos» su naturaleza interior y tratamos de comunicarle la nuestra. Cuando
estrechamos la mano a otra persona se produce un intercambio de información sutil
pero profundo. Eso es Setsu Shin.
Cuando administro Ohashiatsu penetro
profundamente dentro de la persona, palpando cada fibra y cada hueso,
percibiendo cada resistencia, cada matiz de su carácter. Permito que mi energía
palpe las profundidades de la vida de esa persona. Siento su ser. Es como si
introdujera mi vida en su vida. Palpo su ser completo. Esta es la exploración
abstracta que hago. Toco la vida, lo que no podemos tocar.
Mis dedos y palmas se convierten en mis ojos.
Exploro a la persona con mis manos, con todo mi ser, con mi espíritu. Trato de
entender a esa persona física, emocional, psicológica y espiritualmente; es
decir, en todos sus aspectos. Hay que estar abierto y sensible a la persona. Si
uno muestra una actitud crítica, la persona se cierra y entonces deja de ser
accesible; de esta manera no se le puede prestar ninguna ayuda. Suelo decir que
la persona que diagnostica es la persona diagnosticada. Los fallos de la
persona que diagnostica limitan su capacidad para comprender a la persona a
quien se desea ayudar. La culpa no es del paciente sino de quien diagnostica.
Mon Shin
Hacer preguntas es, evidentemente, la manera
más directa de evaluar la salud de alguien. «¿Tiene algún síntoma o problema
personal en estos momentos?», se puede preguntar. De este modo se entabla una
conversación con la persona.
Sin embargo, es necesario escuchar no sólo lo
que se dice sino también lo que no se dice. Buscar aquellos aspectos que la
persona evita, detectar los temas sensibles para ella por la manera como se
refiere a ellos. Por ejemplo, cuando resta importancia a un tema serio, o se
desliza por la superficie de otro que parece significativo. ¿Por qué? Habrá que
ir tomando notas mentales.
Mientras la persona habla, observe si hace
muchos gestos faciales o movimientos con las manos. Muchas veces los
movimientos tienen por objeto distraer la atención de lo que se está diciendo.
Observe el lenguaje corporal a la vez que escucha atentamente lo que dice. ¿Hay
correlación entre un gesto concreto y un tema importante? ¿Se cruza de piernas
o de brazos, o contrae el cuerpo cuando se toca un tema sensible?
Palpe suavemente con las preguntas, pero si nota
que la persona elude un aspecto, no la culpe. No obligue a la persona a
encerrarse en un caparazón. El objetivo es ganarse la confianza de la persona
para poder ayudarla. Conozca sus propios límites.
Bun Shin
Definir Bun Shin como «diagnosis de escuchar»
puede inducir a error. Lo que quiero decir con «escuchar» es entender la
calidad de la voz de la persona. Aquí también se escucha con todo el cuerpo. El
oído es simplemente el símbolo de la capacidad general para oír; es el órgano
auditivo más concreto, pero es todo el cuerpo el que escucha y oye. Cuando la
otra persona hable, escúchela con todo el cuerpo.
Cuando se escucha de esta manera, se percibe
la vibración de la voz de la persona y se deja que esa vibración se imprima en
nuestro ser. ¿De dónde procede la voz? La primera respuesta puede ser la
evidente, que la voz procede de la laringe, pero ese es sólo un lugar de donde sale
la voz. Si es una voz profunda, procede del fondo del estómago o incluso de más
abajo, de debajo del ombligo; si la voz contiene mucha emoción, de la región
del corazón; si hay rabia en la voz, procede del hígado; si la emoción
dominante es la compasión, entonces procede del bazo; si hay miedo en la voz,
probablemente indica un desequilibrio en los riñones. Si se percibe debilidad
en la voz, probablemente procede de la garganta. Algunas voces proceden de los
senos nasales o de la parte superior de la cabeza. Estas voces son débiles,
delgadas y suaves. ¿Cuál es el sentimiento dominante de la persona cuando
habla? ¿Hay risa, lágrimas o rabia en la voz? ¿Es una voz crítica, una voz
intelectual, o una voz profundamente emotiva?
La voz revela muchísimo acerca de la salud
mental, emocional y física de la persona en esos momentos. Una persona puede
elegir palabras que encubran sentimientos más profundos. Un paciente puede
tratar de ocultar sus verdaderos sentimientos, pero la voz lo delata. Escúchela
atentamente; permita que la voz le diga lo bien o lo mal que la persona se
siente realmente.
Bun Shin también incluye la diagnosis del
olor. Para oler claramente el cuerpo de otra persona es preciso que la propia
salud y estado estén muy limpios. No se puede oler algo que emana del cuerpo de
otra persona cuando del propio cuerpo emana lo mismo.
Cuando uno ingiere muchos alimentos nocivos,
grasas y azúcares, no puede oler lo que emanan estos alimentos a través del
cuerpo de otra persona. Pero si el propio cuerpo está limpio, se puede oler muy
bien lo que elimina otra persona.
En general, las personas que ingieren muchos
alimentos de origen animal despiden un olor más fuerte porque tienen el cuerpo
lleno de amoniaco. Dentro del cuerpo las proteínas se descomponen en amoniaco,
el cual es muy tóxico y despide mal olor. Estas personas suelen cubrir sus
cuerpos con potentes desodorantes, perfumes y colonias. Si una persona huele
mucho a colonia, a menudo querrá decir que su sentido del olfato es débil y que
su olor personal es fuerte, lo cual la impulsa a perfumarse demasiado.
Los desequilibrios hormonales pueden producir
mal olor, como ligeramente a quemado, provocado por la grasa y el amoniaco que
son la causa de tal desequilibrio.
Para desarrollar la capacidad de la diagnosis
del olor, es necesario seguir una dieta compuesta principalmente por cereales
integrales, verduras y cantidades pequeñas de pescado. Los cereales, las
verduras, la legumbres y otros alimentos vegetales despiden agua y dióxido de
carbono cuando se queman como combustible, constituyentes que son fácilmente eliminados
del cuerpo sin mucho esfuerzo ni olor.
Tenga presente que cuando diagnostica a una
persona, usted entra en su mundo privado. Le pide que le permita entrar más
adentro en ese mundo para poder servirle de ayuda. Eso requiere un sentido muy
desarrollado de la corrección y los buenos modales, así como estar movido por
las intenciones más nobles. La diagnosis oriental es un arte delicado que debe
practicarse con respeto hacia los seres humanos y a su derecho a la intimidad.
La actitud más apropiada que se puede tener
cuando se diagnostica a otra persona es de amor. Cuanto mayor es el amor por
esa persona, más se podrá ver en ella y más será lo que ella nos permita saber.
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