jueves, 10 de diciembre de 2015

LOS CUATRO TIPOS DE DIAGNOSIS



LOS CUATRO TIPOS DE DIAGNOSIS

El diagnosticador oriental emplea cuatro métodos o maneras de evaluar la salud y el carácter de la persona. Estos métodos tienen nombres japoneses:

1. Bo Shin. Ver u observar a la persona.
2. Setsu Shin. Tocar al paciente, palpar su vida.
3. Mon Shin. Hacerle preguntas a la persona para obtener información acerca de su estado de salud.
4. Bun Shin. Diagnosticar mediante el oído y el olfato (escuchar y oler).

Veamos con más detalle cada uno de estos métodos.
Bo Shin

Hay muchos sinónimos de «ver»; entre otros tenemos «observar», «vigilar », «ojear», «notar», «percibir», «visualizar», «contemplar» y «mirar ». Ninguna de estas palabras describe con precisión la manera de diagnosticar mediante la utilización de Bo Shin. Lo más aproximado sería traducirlo por «ser mostrado». Pero pronto veremos que ni siquiera esto es acertado. Normalmente observamos a los demás con los ojos, pero aquí me refiero a observar a las personas con todo nuestro ser, ver a la otra persona como si todo nuestro cuerpo fuera un conjunto de ojos.

Cuando llegue el o la paciente, salúdelo efusivamente y agradézcale que haya venido. La persona debe notar su receptividad; debe reconocer que usted no tiene prejuicios, que usted no hace juicios ni críticas. Su único deseo es ayudarle a su manera, que es limitada. Juntos usted y la persona encontrarán un camino para mejorar su salud. Será una colaboración mutua. Ese es el espíritu con el cual debe abordar a la persona.
De ninguna manera es usted superior a ella. Por el contrario, agradece que esa persona haya acudido a usted. Es una experiencia que lo hace humilde.

La persona se sienta frente a usted. Usted la observa hablar, y mientras tanto usted debe vaciarse. No ha de tener ningún pensamiento, ninguna idea preconcebida, ninguna resistencia hacia esa persona. Se libera de su ego, se vacía totalmente.

Déjese entonces invadir por la energía de esa persona, por la sensación de su personalidad. Permita que esa personalidad se imprima en usted, que su fuerza vital influya en usted. Ahora tiene una percepción de su vibración. Si la observa demasiado atentamente, es señal de que no diagnostica con el método Bo Shin. Si está preocupado por la forma de sus ojos, el color de los labios o de la nariz, pierde de vista el cuadro general. Cuanto más se centre en los detalles, más se alejará de lo realmente significativo. Deje los detalles para después, que tiempo habrá para ellos. Primero acepte su vida, su vibración. Conozca íntimamente a esa persona admitiéndola  en su propia fuerza vital. Al hacer esto ha dado el primer paso en apertura y receptividad hacia otro ser humano. No queda nada que le impida comprender completamente a esa persona.

Su humildad y gratitud son esenciales para que esa persona se sienta cómoda; además, eso le ayudará en su diagnóstico. Cuanto más relajada esté la persona, más revelará su verdadera naturaleza. Si ha visto usted a una persona dormida, sabe cuan cierto es esto. Durante el sueño el cuerpo adopta naturalmente una postura que le proporcione más comodidad y curación; la postura para dormir compensa los desequilibrios del cuerpo que se acumulan durante el día. Pero es una terrible invasión observar a una persona dormida, de manera que ha de procurar que la persona no sea consciente de sí misma mientras está con usted.
En realidad, las personas no son conscientes de sus cuerpos durante la mayor parte de su vida de vigilia. En consecuencia, su manera de caminar, de sentarse o de estar de pie revela su manera de pensar, sus malestares físicos, su agresividad o pasividad. Si de pronto toman conciencia de su modo de caminar, de sentarse o estar de pie, lo cambian, para dar una impresión diferente de quiénes son. Así pues, ha de evitar que la persona se sienta cohibida o insegura de sí misma con sus observaciones.

Por este motivo, lo primero que suelo hacer es ofrecerle té. En ese momento todo mí cuerpo está totalmente atento. ¿Cómo acepta la taza? ¿Cómo se sienta? ¿Cuáles son sus reacciones? Cuando entramos en la sala de consulta, la observo atentamente sin que se dé cuenta. De ese modo la veo actuar de manera natural y bajo una luz clara.

En todo caso, cuando estoy preparado para tratarla con mi método, ya me he formado una idea bastante clara sobre su estado de salud. Cuando la persona se abre y se relaja, tomo conciencia de lo que siento por ella. Mis sentimientos surgen desde mi interior en cuanto comienzo a percibirla como un todo. A veces le pido que se eche sobre una esterilla y la cubro con una sábana de la cabeza a los pies. Eso es increíblemente revelador. Dejo de ver los detalles de su cara o ropa. Dejo de estar distraído por sus gestos o por algún grano en la mejilla. Sólo veo los contornos más visibles de su cuerpo.

Observo en qué lugares el cuerpo hace bulto y dónde está excesivamente contraído; veo si la persona está estirada sobre la esterilla o doblada.

Puede ser que la región de la espalda la tenga abultada, o que la región de los riñones esté contraída. Puede ser que un lado del cuerpo sobresalga y que el otro esté encogido. Miro el cuadro completo. Me hago una idea del lugar donde está el problema.
Después me dejo guiar por el instinto. Le coloco las manos sobre la espalda, en el sitio preciso, e inmediatamente la persona me dice: «Muchas gracias, Ohashi, ahí es justamente donde deseaba que me tocara. He venido justamente para eso». Le doy un masaje suave, percibiendo la energía. Entonces ya puedo continuar con el siguiente paso.

Cuando se usa el diagnóstico Bo Shin, uno es un artista que contempla a la otra persona como si fuera una gran obra de arte. Se la aprecia con mucha profundidad, reconociendo cada matiz, cada pista hacia su ser interior. Para llegar a ese punto de vista es necesario crecer como persona; para apreciar verdaderamente los puntos sutiles de la persona es necesario elevar la propia conciencia.

Es esto muy parecido a apreciar las bellas artes. En el caso de la música, cuando uno es un principiante se le escapan muchos matices. Pero pasados diez años se escuchan cosas que uno ni soñaba que existieran. Lo mismo ocurre con la diagnosis. Cuanto más se analiza a las personas, más crece la apreciación de ellas.

Setsu Shin
Si bien el sentido literal de Setsu Shin es «diagnosis de palpación», el sentido más profundo es mucho más abstracto. Setsu Shin significa tocar el núcleo de la persona, palpar su ser interior. En Setsu Shin hay un aspecto que significa «cortar, abrir el núcleo» o «usar las manos como si fueran cuchillos». De esta manera se intenta describir cómo uno perfora las capas exteriores de la personalidad, o ser físico, de otra persona, para entrar en su interior, para palpar su naturaleza interior o alma.

Estrechar las manos es un ejemplo de Setsu Shin. Siempre que le estrechamos la mano a alguien, percibimos su carácter, «sentimos» su naturaleza interior y tratamos de comunicarle la nuestra. Cuando estrechamos la mano a otra persona se produce un intercambio de información sutil pero profundo. Eso es Setsu Shin.

Cuando administro Ohashiatsu penetro profundamente dentro de la persona, palpando cada fibra y cada hueso, percibiendo cada resistencia, cada matiz de su carácter. Permito que mi energía palpe las profundidades de la vida de esa persona. Siento su ser. Es como si introdujera mi vida en su vida. Palpo su ser completo. Esta es la exploración abstracta que hago. Toco la vida, lo que no podemos tocar.

Mis dedos y palmas se convierten en mis ojos. Exploro a la persona con mis manos, con todo mi ser, con mi espíritu. Trato de entender a esa persona física, emocional, psicológica y espiritualmente; es decir, en todos sus aspectos. Hay que estar abierto y sensible a la persona. Si uno muestra una actitud crítica, la persona se cierra y entonces deja de ser accesible; de esta manera no se le puede prestar ninguna ayuda. Suelo decir que la persona que diagnostica es la persona diagnosticada. Los fallos de la persona que diagnostica limitan su capacidad para comprender a la persona a quien se desea ayudar. La culpa no es del paciente sino de quien diagnostica.

Mon Shin
Hacer preguntas es, evidentemente, la manera más directa de evaluar la salud de alguien. «¿Tiene algún síntoma o problema personal en estos momentos?», se puede preguntar. De este modo se entabla una conversación con la persona.

Sin embargo, es necesario escuchar no sólo lo que se dice sino también lo que no se dice. Buscar aquellos aspectos que la persona evita, detectar los temas sensibles para ella por la manera como se refiere a ellos. Por ejemplo, cuando resta importancia a un tema serio, o se desliza por la superficie de otro que parece significativo. ¿Por qué? Habrá que ir tomando notas mentales.

Mientras la persona habla, observe si hace muchos gestos faciales o movimientos con las manos. Muchas veces los movimientos tienen por objeto distraer la atención de lo que se está diciendo. Observe el lenguaje corporal a la vez que escucha atentamente lo que dice. ¿Hay correlación entre un gesto concreto y un tema importante? ¿Se cruza de piernas o de brazos, o contrae el cuerpo cuando se toca un tema sensible?

Palpe suavemente con las preguntas, pero si nota que la persona elude un aspecto, no la culpe. No obligue a la persona a encerrarse en un caparazón. El objetivo es ganarse la confianza de la persona para poder ayudarla. Conozca sus propios límites.

Bun Shin

Definir Bun Shin como «diagnosis de escuchar» puede inducir a error. Lo que quiero decir con «escuchar» es entender la calidad de la voz de la persona. Aquí también se escucha con todo el cuerpo. El oído es simplemente el símbolo de la capacidad general para oír; es el órgano auditivo más concreto, pero es todo el cuerpo el que escucha y oye. Cuando la otra persona hable, escúchela con todo el cuerpo.

Cuando se escucha de esta manera, se percibe la vibración de la voz de la persona y se deja que esa vibración se imprima en nuestro ser. ¿De dónde procede la voz? La primera respuesta puede ser la evidente, que la voz procede de la laringe, pero ese es sólo un lugar de donde sale la voz. Si es una voz profunda, procede del fondo del estómago o incluso de más abajo, de debajo del ombligo; si la voz contiene mucha emoción, de la región del corazón; si hay rabia en la voz, procede del hígado; si la emoción dominante es la compasión, entonces procede del bazo; si hay miedo en la voz, probablemente indica un desequilibrio en los riñones. Si se percibe debilidad en la voz, probablemente procede de la garganta. Algunas voces proceden de los senos nasales o de la parte superior de la cabeza. Estas voces son débiles, delgadas y suaves. ¿Cuál es el sentimiento dominante de la persona cuando habla? ¿Hay risa, lágrimas o rabia en la voz? ¿Es una voz crítica, una voz intelectual, o una voz profundamente emotiva?

La voz revela muchísimo acerca de la salud mental, emocional y física de la persona en esos momentos. Una persona puede elegir palabras que encubran sentimientos más profundos. Un paciente puede tratar de ocultar sus verdaderos sentimientos, pero la voz lo delata. Escúchela atentamente; permita que la voz le diga lo bien o lo mal que la persona se siente realmente.

Bun Shin también incluye la diagnosis del olor. Para oler claramente el cuerpo de otra persona es preciso que la propia salud y estado estén muy limpios. No se puede oler algo que emana del cuerpo de otra persona cuando del propio cuerpo emana lo mismo.

Cuando uno ingiere muchos alimentos nocivos, grasas y azúcares, no puede oler lo que emanan estos alimentos a través del cuerpo de otra persona. Pero si el propio cuerpo está limpio, se puede oler muy bien lo que elimina otra persona.

En general, las personas que ingieren muchos alimentos de origen animal despiden un olor más fuerte porque tienen el cuerpo lleno de amoniaco. Dentro del cuerpo las proteínas se descomponen en amoniaco, el cual es muy tóxico y despide mal olor. Estas personas suelen cubrir sus cuerpos con potentes desodorantes, perfumes y colonias. Si una persona huele mucho a colonia, a menudo querrá decir que su sentido del olfato es débil y que su olor personal es fuerte, lo cual la impulsa a perfumarse demasiado.

Los desequilibrios hormonales pueden producir mal olor, como ligeramente a quemado, provocado por la grasa y el amoniaco que son la causa de tal desequilibrio.

Para desarrollar la capacidad de la diagnosis del olor, es necesario seguir una dieta compuesta principalmente por cereales integrales, verduras y cantidades pequeñas de pescado. Los cereales, las verduras, la legumbres y otros alimentos vegetales despiden agua y dióxido de carbono cuando se queman como combustible, constituyentes que son fácilmente eliminados del cuerpo sin mucho esfuerzo ni olor.

Tenga presente que cuando diagnostica a una persona, usted entra en su mundo privado. Le pide que le permita entrar más adentro en ese mundo para poder servirle de ayuda. Eso requiere un sentido muy desarrollado de la corrección y los buenos modales, así como estar movido por las intenciones más nobles. La diagnosis oriental es un arte delicado que debe practicarse con respeto hacia los seres humanos y a su derecho a la intimidad.

La actitud más apropiada que se puede tener cuando se diagnostica a otra persona es de amor. Cuanto mayor es el amor por esa persona, más se podrá ver en ella y más será lo que ella nos permita saber.


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