¿Para qué vivimos, si no es para hacernos la vida más fácil el uno al
otro?
George Elliot, escritor.
Pensar Ganar-Ganar es una actitud hacia la vida, un marco de referencia
mental que dice: “Yo puedo ganar, y tú también. No es tú o yo, sino AMBOS”. Es
el fundamento para llevarse bien con los demás. Parte de la creencia de que,
básicamente, somos iguales. Nadie es inferior o superior a lo demás, y que, en
realidad, nadie necesita serlo. La vida NO ES COMPETENCIA. Quizás en ciertos
ámbitos como la escuela, el deporte o los negocios sea así, pero estas son apenas instituciones
creadas por el hombre. Ciertamente no es así en lo fundamental de la vida, en
las relaciones humanas. Piensa en lo tonta que es esta pregunta: ¿Quién está
ganando en tu relación, tu pareja o tú?
Las relaciones Ganar-Perder están matizadas de orgullo. Como dijo el
escritor C. S. Lewis, “El orgullo no obtiene placer por poseer algo, sino por
tener más que el prójimo. Es la comparación lo que te hace sentirte orgulloso,
el placer de estar por encima de los demás”.
Perder-Ganar es débil. Es la persona fácil de pisotear. Es tan fácil ser
la buena persona, ceder a todo en nombre de la paz. Con esta actitud te fijas
bajas expectativas y comprometiendo tus normas, una y otra vez. Con esta
actitud deberás ocultar siempre lo que sientes, lo cual no es saludable, hasta
que te lleven a un punto en que finalmente estalles.
PERDER-PERDER habla de: “Si me estoy hundiendo, entonces me hundiré
contigo”. Después de todo, a la miseria le gusta estar acompañada. La guerra es
un buen ejemplo de perder-perder. Piénsalo: quien mata más personas es quien
gana la guerra. Esto no suena a que alguien pueda ganar algo. La venganza es
también perder-perder. AL VENGARTE, TAL VEZ PIENSES QUE ESTÁS GANANDO,
PERO SÓLO TE ESTÁS HACIENDO DAÑO A TI MISMO (A).
GANAR-GANAR: EL BUFFET EN DONDE PUEDES COMER TODO LO QUE QUIERAS.
No te pisotearé, pero no me pisotearás a mí. Te preocupas por los demás
y quieres que tengan éxito. Pero también deseas tener éxito. Ganar-ganar es
ABUNDANTE. Es creer que hay suficiente para dar y repartir. No es tuyo o mío,
es de todos. No es asunto de quién se lleva la rebanada más grande. Hay comida
para todos. Es un buffet donde puedes tener todo lo que quieras comer.
Todo comienza con uno mismo. Las personas inseguras se sienten
amenazadas por las demás, celosas. Por tanto, la seguridad personal es el
fundamento para pensar GANAR-GANAR. Existen dos hábitos que son COMPETIR y
COMPARAR, que hacen virtualmente imposible pensar en Ganar-Ganar. Hay un lado
luminoso y otro oscuro en la competencia. Es saludable cuando compites contigo
mismo, cuando te desafías a dar lo mejor de ti. Se hace oscura cuando
relacionas tu autoestima con el ganar, o cuando la utilizas para ponerte por
encima de otro. El lado oscuro nunca te deja un buen sabor en la boca.
COMPARAR.
La vida es como una gran pista de obstáculos. Cada persona tiene su
propia pista, separada de la de los demás por altas murallas. Tu pista queda
completa con obstáculos diseñados a tu medida, específicamente para tu
crecimiento personal. ¿Qué tanto bien hace trepar la muralla para ver cómo le
está yendo a tu vecino, o ver sus
obstáculos, comparados con los tuyos?
Compararnos nos hace sentir como una ola del mar empujada de un lado a
otro por el viento. Subimos y bajamos, sintiéndonos inferiores en un momento y
superiores al siguiente, confiados en un instante, intimidados al siguiente. LA
ÚNICA BUENA COMPARACIÓN ES COMPARARTE CON TU PROPIO POTENCIAL.
Ganar-Ganar se contagia. Si eres de corazón generoso, ayuda a los demás
a tener éxito. Comparte el reconocimiento que hayas obtenido con los demás. La
verdadera prueba de si estás pensando en Ganar-Ganar es cómo te sientes. Esta
forma de ver la vida llenará tu corazón de pensamientos felices y serenos, te llenará de Luz.
Autor: Sean Covey.
Fragmento tomado del Libro “Los 7 hábitos de los adolescentes altamente
efectivos”.
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